martes, 19 de marzo de 2013

El Caos en la 6ª edición del 40K

De Marines y Demonios

En el verano de 2009, empecé mi proyecto de ejército del Caos. La idea era tener uno de marines y otro de demonios. Los marines los terminé ese mismo verano. Los demonios los hice el verano siguiente. Una de las cosas que más me gustaba (y aún lo hace) del Caos era la posibilidad de pintar diferentes unidades, con diferentes colores/heráldicas. Pinté Mil Hijos, Berserker de Khôrne, marines de plaga, marines de Slaanesh, diablillas, portadores de plaga, aplastadores de Khôrne, desangradores, horrores rosas... El Cambiante fue una figura que disfruté especialmente, y no creo exagerar si digo que me quedó bastante aparente.

Eran buenos ejércitos. En la mesa de juego me dieron más victorias que derrotas, e incluso en aquéllas fueron capaces de dar tanto como recibieron. Hasta los Caballeros Grises tenían que sudar para vencer a mis marines del Caos, y a veces fracasaban.

Y entonces aparecieron los códex de Marines del Caos y de Demonios, de la 6ª edición.

Decir que se habían "cargado" mi ejército no alcanza a expresar el brutal cambio que ha experimentado la forma de jugar del Caos, con estos dos libros. Pasé por tres etapas de "duelo": negación, ira y, finalmente, aceptación.



Negación
Pues no, no puedes usarla ¡Ajo y agua!

¿Cómo que el Cambiante ya no sirve para nada? ¿Qué es eso de que Kairós Tejedestinos es ahora una criatura monstruosa que está sobrevalorada en puntos? ¿Cómo que el incinerador del carro de Tzeentch usa un arma pesada que no puede disparar si se mueve? ¿Para qué diablos le ponen salvación de 6+ a los demonios de Khôrne cuando llevan una invulnerable de 5+, de serie? ¿Qué eso de que los aplastadores de Khôrne tienen resistencia 4 pero no tienen la regla guerrero eterno? ¿Qué el único volador que tienen los marines del caos es una especie de dragón mutante más feo que pegarle a un padre con un calcetín sudado? ¿Qué aún no han descubierto la utilidad de las cápsulas de desembarco? ¿Y que demonios pintan unos osos hormigueros gigantes en mis amadas legiones del Caos? No. No puede ser. Seguro que hay algo que no he visto; alguna regla que he pasado por alto; tiene que haber un icono, o un regalo del caos que impida estos sinsentidos y absurdos.

No hay ninguno. El carro de Tzeentch es tirar los puntos. Los demonios de Khôrne sólo sirven si van en unidades de 20 figuras y aún así van a caer como chinches. Los aplastadores de Khôrne significa tirar 45 puntos por la alcantarilla. Kairós y el Cambiante... mejor no hablar de ellos. Son la inutilidad elevada a n, cuando n tiende a infinito. Los caminos de Tzeentch son, sin duda, inescrutables.

Ira

¡Ya está! ¡Se acabó! ¡Voy a vender mis ejércitos! ¡Games Workshop esta vez te has pasado! ¡Dejo de jugar a 40.000! Me dirijo con paso decidido a mis vitrinas ¿Cuánto puedo pedir por mis ejércitos en ebay? Una pasta, seguro. Son muchas minis y con un buen nivel de pintado. Hay incluso cosas de Forgeworld. Abro la puerta de la vitrina. Estoy que me subo por las paredes. Y entonces veo a mis diablillas. Me prometen grandes victorias: "No nos vendas. Aún podemos ganar miles de almas para el Señor del Exceso". Los nurgletes ríen en sus peanas. Noto como el furioso y valiente corazón de Khârn tiembla de ira ante el ultraje: "¿Dejaremos que nos venzan unas reglas? ¡Cráneos para el Trono de Cráneos! ¡Sangre para el Dios de la Sangre!". Miro a mis marines de plaga, firmes en su propósito de extender la podredumbre del padre Nurgle por toda la galaxia.
¿Cómo he podido pensar siquiera en deshacerme de mis pequeñuelos?

Aceptación 

Tomada la decisión ¿Cómo puedo hacer que mi ejército sea competitivo al tiempo que conservo el espíritu que le dio forma en primer lugar? Analizando los códex, uno al lado del otro, empiezo a ver posibles sinergias y combinaciones Quiero usar mis demonios y mis marines del caos, como si fueran un único ejército. Son hermanos de sangre, así que no hay problema en que se alíen. De hecho, es, según el trasfondo, hasta algo "natural". Tengo que responder a dos preguntas: ¿Cuáles son las sinergias más eficaces? ¿Cómo puedo encajar las unidades que ya tengo pintadas? Podría añadir una tercera: de las cosas nuevas que han salido ¿Cuáles me interesaría incorporar a mi ejército?

Nurgle y Slaanesh son las mejores opciones, tanto en los demonios como en los marines. Veamos sus ventajas.

Portadores de plaga: son baratos en puntos. Tienen la regla Oscurecido, que les da un +2 a sus tiradas de salvación por cobertura. Si les uno un heraldo de Nurgle con el foco mayor de virulencia, además tienen No hay dolor. Por último, tienen resistencia 4. Por poco más de 200 puntos tengo una unidad perfecta para ocupar objetivos.

Marines de plaga: son bastante caros en puntos, pero a cambio son unas bestias pardas con No hay dolor, salvación 3+, coraje y armas envenenadas. Dos rifles de plasma redondearían el conjunto. Claro que para que sean tropa de línea tendré que usar a Typhus o a un señor del caos de Nurgle, como cuartel general.

Zombis de plaga: si llevo a Typhus son una elección obvia. Por puntos son tan baratos que parece que te los regalan con los Krispies. No hay dolor y coraje. Vamos, que son perfectos para ocupar objetivos.

Marines de Slaanesh: buena iniciativa, relativamente baratos en puntos y con un icono del exceso les doy No hay dolor. No es una mala elección.

Diablillas: mis favoritas. Son demonios. Son veloces. Añaden un +3 a la tirada de correr. Disponen de dos ataques de base cada una y armas aceradas. Una unidad de 20 son sólo 180 puntos, y hacen 60 ataques de iniciativa 5 a la carga. Hay que llevarlas con La Máscara, para que con sus danzas ensimisme a sus enemigos y mueran con una sonrisa en los labios. Claro que no tienen granadas, lo que significa que son poco prácticas para asaltar contra cobertura. Sin embargo, no está todo perdido... ya lo veréis más abajo.

Berserkers de Khôrne: no están mal. Son los que menos me convencen, pero con Khârn en el ejército se convierten en una unidad muy peligrosa, que mis oponentes no pueden ignorar.

Dragón infernal: la miniatura me parece horrorosa. Sin embargo... Es barata en puntos (relativamente). No sirve para combates de superioridad aérea, pero esa plantilla de FP3 y torrente es ideal para cargarse marines enemigos. Supongo que tendré que hacerme a la idea de usar esa figura... o puedo transformar la Stormraven que me sobra, como si fuera un dragón infernal. Sí, creo que esa idea me gusta más.

Aplastador de Almas: la mejor opción de apoyo pesado, sin duda. Hay que ponerle la marca de Nurgle, lo que le da Oscurecido. Con su blindaje 13, 4 puntos de armazón y desplegado en cobertura, a mis adversarios les va a costar bajárselo. Además si le pongo Bombardeo de flema, me coloco con un bicho duro de matar y que dispara plantilla grande de F8 FP3. Y todo por sólo 180 puntos. Lo mejor es que ya tengo dos pintados... van de rojo, pero ¿Quién dice que Nurgle tiene que ser verde?

Cañón de cráneos: esta unidad es el arma de los demonios para reemplazar su falta de granadas de mano. Si impactas a una unidad en cobertura, en la fase de asalto podrá ser atacada como si estuviera en terreno abierto. Es perfecta para utilizarla en apoyo de las diablillas de Slaanesh. Y encima me gusta el modelo ¡Me recuerda a un cuadro de El Bosco!



Horrores rosas: a priori son unos petardos. Sin embargo, tampoco es que sean tan malos. Una unidad de 10 horrores cuesta sólo 90 puntos, y es como tener un hechicero con 10 heridas, invulnerable a la muerte instantánea, y que además, a unas malas, sirve para capturar objetivos. Para lo poco que cuestan en puntos, no son una mala elección.

Conclusiones

La forma de jugar con el Caos ha cambiado radicalmente. Las combinaciones que antes eran útiles, ahora no sirven para nada. Algunas unidades muy populares con la anterior edición, han perdido su utilidad. Especialmente, los Aplastadores de Khôrne y Kairos el Tejedestinos. Nurgle y Slaanesh son los niños bonitos de esta edición. Las sinergias entre demonios y marines del caos son muy potentes. Tanto es así que más que dos códex diferentes, parecen uno solo dividido en dos partes.

Tzeentch y Khorne no van a recibir mucho amor por parte de GW, en esta edición, aunque tienen algunas unidades interesantes (espero que cambien el perfil del incinerador en carro de Tzeentch, porque lo que es ahora mismo no sirve de nada, el pobre).

¡Me olvidaba! No sé que pensaréis vosotros de ello, pero personalmente odio la Tabla de Tormenta de Disformidad. Si de por sí es necesario recordar un montón de reglas especiales, vienen los de GW y ¡Meten más tiradas por el medio! Da la impresión de que están cayendo en una especie de Síndrome de Ideas Brillantes: cada vez que se nos ocurre algo aparentemente ingenioso, lo metemos en el juego, aunque sea con calzador.

En fin ¡Que Fortuna os sea propicia! (O Tzeentch, en este contexto).






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